El tiempo
Cuando menos lo esperas, la vida te coloca en una intersección o directamente al final del camino. Todo se pausa. Los problemas parecen ridículos y las cosas que te importaban, ya no valen nada. Las emociones se apoderan de ti y no sabes como proceder. Hay un fin del mundo, mientras los demás continúan su vida, como si nada sucediera. Pero entre todo el tormento, surge una magia imprevista. Aunque pueda parecer contradictorio, todo cobra más sentido que nunca. Cada pequeño detalle es muy valioso y cualquier decisión, por mínima que sea, se vuelve enormemente significativa.
Existe algo poderoso que se escapa a nuestro control. El tiempo. En algún momento finaliza y no puedes hacer nada por cambiar eso. Ni el más rico del planeta puede comprarlo.
Partirás al lugar del que nadie regresa y de repente lo minúsculo se vuelve inmenso. Vives y disfrutas todo instante, como si fuese el último, porque realmente puede serlo. Se convierte en imposible no preguntarte a ti mismo ¿Por qué valoramos lo primordial cuando lo perdemos? ¿Por qué no somos capaces de hacerlo siempre? Tras cada pérdida, decidimos no seguir cometiendo ese error, hasta que la rutina y las responsabilidades nos distraen y volvemos a olvidarlo.
Si por azares de la vida, me estás leyendo, recuerda, atesora lo valioso. Que un día, el tiempo se lo lleva.
Foto: Kindel Media.
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