Regalo inesperado

 Camino sin destino, la música me acompaña, respiro el olor a mar. En cada paso descargo el peso, que ahoga, que aprieta. Al levantar la mirada te encuentro, asombrosamente, sin sentido, inesperado. No importa, estás ¿Qué más da? 

Me detengo y todo se pausa, pero tu sonrisa me recibe antes de acercarme y provoca que se escape la mía. No hay nada más que añadir. El alma ha salido del invierno. Me escondo en un abrazo que me salva del olvido. Dentro del caos ya no me pierdo, tú vas conmigo. 

De repente todo desaparece, tu olor, tu calor, tus brazos. La oscuridad lo inunda todo, cojo aire y abro los ojos. Volveremos a acompañarnos, cuando los sueños lo permitan. 

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