Bestia invisible

 Sin razón aparente se paraliza tu cuerpo, el corazón se desahoga gritando todo aquello que callaste durante años. El pecho se colapsa y no consigues respirar. Cada aliento es un premio, una bocanada de aire que te permite seguir aquí. 

No logras continuar, ni siquiera pensar, solo puedes permitirte sobrevivir. Tu alma recuerda vivencias que dejaste atrás, pero se las ingeniaron para seguirte allá donde vayas. Un monstruo impalpable y tramposo. Cuando crees que lo has vencido, se presenta de nuevo, sin invitación, a anunciarte que el camino no ha terminado. Sin dejar más alternativa que aceptar y sanar. 

Al llegar la calma toca ponerse en pie. Escapas corriendo, el mar, los árboles, el olor a jazmín y las gaviotas, te acompañan. Sigues corriendo. Hasta soltar la rabia y la impotencia, hasta encontrarte y reconocerte. 

Derechos reservados©

Comentarios

Entradas populares