Perseguir la buena suerte 

 Siempre he sido supersticiosa, al menos desde que recuerdo. Lo que no sé, es cómo comenzó. Un día te das cuenta de que cada vez que utilizas esa camiseta, tienes un día horrible y empiezas a asociarlo. “Esta camiseta me da mala suerte”. Lo curioso es que después de mucho tiempo, vuelves a darle una oportunidad y todo sale mal, lo que confirma tu conclusión. 

Y así se va extendiendo a más objetos, unos calcetines, una pulsera, una figura de decoración, un llavero… En algún momento compartes ese misterio con tus amigos y se potencia al descubrir, que ellos también tienen “artilugios maléficos”. Así nos vamos retroalimentando unos a otros. Hasta que te ves a ti misma haciendo rituales, a cuál más extravagante, para tener buena suerte y empiezas a cuestionarte, si se te está yendo de las manos. 

Pero tus amigos lo comprenden (igual por eso somos amigos) tenemos las mismas taras, que nos ayudan y acompañan en este disparate de vida. 

Aun así, detectar y distinguir potenciales de buena y mala suerte, es agotador. Y ello, hace que tome la firme decisión de, dejarle esa ardua tarea al universo. 

El universo, otra cuestión controversial, un todopoderoso que tiene un extraño sentido del humor. 

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Comentarios

  1. l'altre dia vaig llençar un altra peça de roba maleída, imagina si penso que és real que ni tan sols la vull regalar per no portar mala sort a ningú, no sóc tan dolent. en el meu cas penso que deuen ser " tocs" que tinc

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    1. M'alegra que ho comprenguis, hi ha una màgia estranya en alguns objectes. Per si de cas, és millor alliberar-se d'una cosa que no et fa sentir bé. Una abraçada.

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