Estimulante casualidad

 Un edificio con altos techos y robustas columnas, desconocidos, deambulando con máscaras y disfraces de época. 

Un ambiente tenue, repleto de velas, con música envolvente. Esculturas y suelos fríos, entre grandes alfombras y cortinas cálidas. Por el aire pasea un perfume. 

Aunque todo alrededor llama tu atención, se crea una abrupta pausa, al encontrar su profunda mirada. El cuerpo se queda inmóvil al sentir sus manos fuertes y su tacto lento. Le acompaña un halo de misterio e incertidumbre, su embriagante presencia te hace vulnerable.

A veces llegamos a lugares, que jamás pensamos conocer. 

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